Fortalecer la relación entre hermanos

Imagen CC: Who dressed YOU | juhansonin
Para los todos los padres supone una gran satisfacción ver cómo sus hijos se quieren y son capaces de disfrutar juntos de cualquier actividad. Pero está en la naturaleza de cualquier relación familiar y cercana, que existan conflictos y discusiones que irán seguidas de momentos gratificantes y viceversa. Eso no podemos cambiarlo. En lo que sí podemos intervenir es en la forma de llevar y reconducir esas situaciones e incluso que nos sirvan de herramienta para enriquecer las relaciones familiares.

Según Janis Keyser, coautora de Becoming the Parent You Want to Be (Cómo convertirte en el padre que deseas ser), se debe animar a los niños a jugar un papel activo en el sistema de apoyo familiar. Con la práctica, serán menos rivales y más colaboradores.

  • Escuchar las quejas contra los hermanos y no desecharlas sin más. Debemos escuchar a cada hijo con respeto y luego animarlos a que se escuchen entre sí. Permanecer vigilantes pero pasivos, y dejar que sean ellos quienes resuelvan sus conflictos. El papel de los padres es el de un mediador sereno que escucha la versión de cada hermano y hace que ambos se sientan comprendidos.
  • Evitar identificar a tus hijos con ciertos papeles, como el listo, el guapo, el bueno, el nervioso… Los niños tienen que experimentar con múltiples papeles mientras crecen, y corres el riesgo de que el problemático se convierta en eso para toda la vida y sienta envidia de cualquier hermano que tenga el papel que él desea.
  • Animar a tus niños a demostrar cariño a sus hermanos. Deja que el mayor le lea a su hermanito un cuento antes de acostarse, sugiérele al pequeño que le dé a su hermana mayor un beso cuando ésta llora o explícale a uno cómo puede ayudar al otro cuando está triste.

Según Adele Faber, coautora del libro Siblings Without Rivalry, (Hermanos sin rivalidad), el objetivo es que cada hijo se sienta valorado como un individuo. Para ello, debemos elogiarle cuando consiga algún logro como vestirse solo, quitar la mesa o compartir algo con su hermano. Para Faver, es muy importante evitar las comparaciones, incluso las positivas en las que el niño sale favorecido. A la larga, todas pueden crear hostilidad entre hermanos.
La especialista Marian Borden, que estudia el comportamiento de los niños cuando llega un bebé a la familia, asegura que gran parte de la rivalidad entre hermanos tiene que ver con la atención.  Hay que hacer ver al hermano mayor que no ha sido sustituido por el pequeño y que sigue teniendo un vínculo especial contigo. Ello ayudará a prevenir el resentimiento.
En esta situación se deben encontrar maneras de ayudar al hijo mayor a que no se sienta relegado. De vez en cuando debemos pensar en él antes que en el bebé. El bebé puede esperar unos cuantos minutos y el hermano mayor verá que, a veces, él es la prioridad.
En lo referente a los conflictos, la actuación correcta de los padres o tutores debe pasar por ayudarlos a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos y solventar sus diferencias. Si la discusión se ha convertido en pelea, hay que separarlos. Cuando se tranquilicen hay que pedirles que hablen del motivo de su enfado de forma serena. En este caso, Faber sugiere que ayudes a tus niños a identificar sus sentimientos y les guíes para que encuentren una solución pacífica a su conflicto.



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