Organizar una custodia compartida

Una ruptura sentimental supone siempre, en mayor o menor medida, un trauma y una obligación de replantearse rutinas y formas de vida. Pero una ruptura sentimental cuando hay hijos implicados es mucho más grave y traumático para todos, sobre todo para los niños. En estos casos es recomendable estudiar cuidadosamente la situación para hacer el menor daño a los menores.

Actualmente, se empieza a imponer el modelo de custodia compartida desbancando al que hasta hace unos años era el más común, la custodia materna y derecho de visita del padre. Pero lo que se suponía como un triunfo de la igualdad y lo mejor para el desarrollo de los hijos, empieza a destapar ahora algunos inconvenientes importantes.
Según los psicólogos y los educadores, que un niño cambie de casa y de entorno cada semana o cada 15 días es bastante perjudicial para su desarrollo. Siempre se ha dicho que las rutinas son muy beneficiosas para la educación de un niño. Romperlas puede tener consecuencias graves como el fracaso escolar, la falta de autoestima, y el chantaje emocional a los padres provocando una ausencia de límites y todo lo que ello supone en la vida de estos niños.

Entonces, ¿qué es lo mejor? Existen varias opciones:

“Desde la tradicional de fines de semanas alternos con un día intersemanal, a una semana con cada uno, o el llamado nido, donde los niños se quedan en el hogar y cada progenitor entra y sale”. Según Trinidad Bernal, doctora en Psicología y directora de la Fundación ATYME, entidad pionera en España en labores de mediación,“es cierto que la adaptación es más tranquila, no se cambia de contexto, hay pocos movimientos, etc. Suele ser interesante en los primeros meses, pero no puede durar más de un año, ya que hace inviable que los padres rehagan su vida”. Además, para que la fórmula sea satisfactoria, tiene que haber un consenso extraordinario en cuestiones como la limpieza y el orden de la casa, para que compartir el entorno en momentos diferentes no sea un problema que termine trasladándose a los niños.

En un reciente reportaje del diario El País,  expertos en psicología y mediación familiar ofrecen 4 consejos:

  • El niño debe permanecer en el mismo barrio y el mismo colegio. No es aconsejable separarle de todo su entorno conocido.
  • Los padres deben vivir cerca el uno del otro. Esto facilitará mucho las cosas a la hora de cambiar de una casa a otra. También se debe equipar ambas casas con las mismas cosas. Libros, juguetes, ropa, Internet, televisión. Es fundamental que el niño se siente siempre en casa y nunca de visita.
  • Las normas en ambas casas deben ser las mismas. Lo ideal es llegar a un acuerdo con la ex pareja para que la disciplina y la educación sea igual en un sitio que en otro. Hablamos de la hora del baño, las horas de TV permitidas y el tipo de programas, la hora de ir a dormir, las comidas, los deberes, el juego, etc…
  • Por último, el niño debe saber cuándo le toca con su padre y cuando con su madre. Podéis hacerle un planning para que sepa lo que le toca cada día o semana. En este punto cabe añadir que lo ideal sería la flexibilidad y que, en la medida de lo posible, el niño elija con quién quiere estar en cada momento. Esto siempre desde un punto de vista razonable.

Lo que destacan los expertos es no acribillar al niño con preguntas cuando vuelve de casa de tu ex. Pregúntale únicamente cómo le ha ido y si quiere ya hablará él en ese momento, o más tarde.

En cualquiera de los casos, hasta en los de mejor entendimiento, una separación es un proceso duro cuando hay niños en la familia. Si tienes alguna duda puedes consultar a un profesional del Centro de Terapia Familiar de Murcia sin compromiso. Es importante saber que la terapia de pareja no persigue únicamente solucionar conflictos y rehacer las parejas sino que también ayuda a las parejas a separarse bien, algo muy importante en estos casos. Suerte!



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