Querofobia, el miedo a ser feliz

La querofobia se define como el miedo a ser feliz. Las personas que la sufren están siempre en un estado de melancolía, tristeza y apatía de forma que a veces se puede confundir con la depresión. Pero no es depresión, es querofobia, es no querer vivir situaciones felices por miedo a las consecuencias. Creen que después de la ilusión viene la decepción. Estas personas prefieren no divertirse con más personas porque cuando acabe la reunión volverán a estar solas, prefieren no enamorarse para no sufrir.

Según la web www.investigacionyciencia.es, dos nuevos estudios, entre las razones para temer las emociones positivas se cuenta el sentimiento de que no son merecidas o la creencia de que la buena fortuna viene siempre acompañada de una inevitable pérdida. Mohsen Joshanloo, de la Universidad de Wellington, en Nueva Zelanda, ha elaborado una escala de temor a la felicidad, en la cual los participantes indican su grado de conformidad con enunciados como «Disfrutar mucho y pasarlo muy bien provoca desgracias». Tales creencias amargan a individuos de muchos países, según un trabajo publicado en línea en octubre de 2013, en el Journal of Cross-Cultural Psychology. El estudio afirma que la escala es fiable en catorce culturas.
Utilizando una escala similar, Paul Gilbert y sus colaboradores del Hospital Kingsway, en Derby, constataron en 2012 que el miedo a la felicidad presentaba una elevada correlación con la depresión, si bien dicho temor se manifestaba de diferentes formas. «Hay quienes asocian la felicidad a estar relajados u ociosos, como si la felicidad fuera algo frívolo y uno tuviera que estar dedicándose sin cesar a alguna cosa; otros se sienten mal si no tienen siempre alguna preocupación», explica Gilbert. «Y no faltan quienes temen que si algo les hace felices, les será arrebatado.»

Investigaciones previas respaldan la idea de que la aversión a las emociones positivas a menudo guarda relación con trastornos mentales. Se ha observado que los pacientes que sufren depresión grave tienden a temer y a suprimir las emociones, tanto negativas como positivas, en mayor medida que los individuos sanos. Según Gilbert, estos hallazgos arrojan luz sobre un aspecto crítico para el tratamiento, muchas veces olvidado, y añade: «Es muy importante que el miedo a la felicidad se considere una diana terapéutica por derecho propio; debe ser tratado como cualquier otra fobia», ya sea mediante la administración de tratamientos o con técnicas de concienciación, a través de las cuales los individuos se permitan ser felices sin juzgarse por ello. En la terapia tradicional suele animarse al paciente deprimido a participar en situaciones placenteras, pero estos nuevos hallazgos indican que hay personas que necesitan una práctica previa, antes de permitirse sentir emociones gratas.

Un tratamiento eficaz para combatir esta fobia pasa por recibir ayuda de un profesional. Si te sientes identificado con esta situación consúltanos y te asesoraremos sin compromiso.



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